viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 61 - Ester de Izaguirre

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 61/2006





“La poesía expresa la esencia eterna

del ser humano por oposición a lo histórico...”

Joaquín O. Giannuzzi





Poeta invitada: ESTER DE IZAGUIRRE (*)



JUDAS


Soy Judas, el traidor,

y te di más que todos,

yo te di más que amor.

Para ellos la merced del heroísmo

y la docilidad de serte fieles,

porque ellos no afrontaron tu mirada

allá en Getsemaní.

Ojalá me hubieras dicho: “te comprendo,

lo estás haciendo bien. Ánimo, Judas”.

Ellos navegaban en barcas

que el prodigio salvaba de mareas tenaces,

yo me hundí hasta tocar el fondo en los abismos

de este mar de ser hombre y acordarse.

Todos vieron los clavos y lloraron,

yo te inmolé para que amanecieras.

Convocaron a tantos para el drama,

Caifás, Anás, Herodes y Pilatos,

por qué también a mí. Yo te quería.

Por qué habrán acuñado las monedas,

por qué las profecías.

Por qué el árbol aciago

como un ojo hechicero reclamándome

desde la sangre intacta de la Biblia.

Soy Judas, el traidor,

el que mejor cumplió con su destino.

El que entregó al que amaba. Por amarlo.






A LA CASA EN VENTA



A mis hijos Jorge, Graciela,

Gustavo, Guillermo y Martín



Te vendimos.

Como se vende un pan.

Como a una esclava en un mercado antiguo.

Y hubo algún vendedor

con barbas de saber bien lo que hacía:

señalaba la blancura de tus muros,

manoseaba tus árboles perplejos.

Pude tasar la infancia de mis hijos,

las lluvias y las siestas de veinte años,

las caricias de Negro, de aquel perro

que se quedó dormido entre mis brazos.



Y cómo pude ver que, terminada

la ceremonia oscura de la entrega,

otra cara, otra voz, otra mirada

hacia un no sé y un nunca te llevaba

entre el rumor creciente de la feria.

Yo debí pasar hambre hasta quedarme

con todo el corazón a la intemperie,

antes que ver hollados los recuerdos

por pisadas ajenas.

Hoy buscaré un mercado, uno cualquiera,

para vender mis culpas.

Y mi pena.







NEUROSIS

A Olga Blinder



Hay días cuando los cabellos se peinan con desgano.

Hay días cuando el sol es mi enemigo

porque grita los perfiles de las cosas,

y a mí no podrá poseerme nunca para agotar mis

sombras.

Hay días cuando se asfixia la esperanza

entre los cuatro muros de mi cuarto

y adquieren proporciones fantasmales

las cosas necesarias.

Hay tardes cuando mi cuerpo es un recuerdo

y yo la que recuerda sus latidos.

Hay días cuando Dios se empequeñece,

me pide de beber

y yo seco la fuente de mis lágrimas

para ver cómo un Dios muere de sed.







INFANCIA




Hubo un país de cunas y presagios

de guardapolvo blanco y navidades,

de reyes distraídos y cumpleaños fugaces

de estrenos de zapatos y verdades.

Un tiempo en el que el tiempo me sobraba

y sobraban la luz y las palabras.

Yo no crecí, se fue achicando el mundo.

Yo no callé,

se impusieron los cantos y pregones.

No envejecí,

la vida se me espeja en la mirada.

No soñaba,

había una realidad para los otros.

Sin embargo, seré la que mañana

ya no crezca ni calle, ni envejezca ni ame,

y aún así, esencial y despojada,

en un día como hoy de primavera

mi sombra irá buscando todavía

aquel país en el que estuve entera.






TELÉFONO OCUPADO


Estoy del otro lado de la línea.

Hay un sonido extraño que no es la voz humana

y se plagia a intervalos regulares

como una gota de agua.

Pero yo, cazadora del vuelo,

deseo un sonido desigual de pinos

golpeados por el viento.

Que se rompa la puerta cuidadosa

en un caos de silencio,

para salir al todo de una canción humana

que desde el otro lado me haga señas.

Cuelgo.

Y ya no escucho más a la esperanza.

El mundo es un teléfono ocupado.






LOS DUENDES


Cuando juegan los duendes de la siesta

y anda suelta la magia

por los patios celestes de la casa,

salgo de mí, como antes,

con los ojos apenas más cansados

y juego a la rayuela,

ensayo a la mujer con los tacones

y un poco de carmín sobre los labios,

puedo mirar las alas de los ángeles

que vagan por las calles.

Cuando llegan los duendes de la siesta

vuelve mi perro con sus ojos puros

a devolverme el alma en la mirada,

lo acaricio y sentimos que los días

que pasamos sin vernos desde entonces,

los soñé en una noche interminable.

En una larga noche equivocada.






AGENDA



Cuando muera esta mano

que puede anotar fechas,

una libreta opaca

persistirá asombrada en mi escritorio.

Como un perro extraviado

sin el amo del tiempo,

como el inútil canto de victoria

desde un pueblo sitiado.






EL ESPEJO


Cuando miré al espejo

y vi aquella mujer que me observaba,

me acordé vagamente de mí misma,

aunque ella no tenía

las ajorcas de luz,

ni la fuente

de Siloé manaba de su pecho.



Tenía, sí, la hondura

de la otra. Y su herida.

Pero no era la misma.

Largos cauces de sed surcaban su mejilla,

y había envejecido de tanto beber cielos

en lentas alboradas.

Recordaban sus ojos el amor de los amplios

vitrales del silencio,

y acariciaba a solas su verdad

como a una inquietante paloma.



El allegro de un órgano muy alto

me sacudió los hombros azorados,

y entré por el cristal

hasta el límite

de mi precisa dimensión humana.

Yo siempre había creído

que era el tiempo el que se iba

tras cada ciclo cenital morado

que el ayer existía en la conciencia

y que el hoy ya era un mañana virtual. Impostergable.

Pero entre lo que fui alguna vez

y lo que es hoy la imagen

especular y taciturna,

no son años los que se han ido sucediendo.

Soy yo la sucesiva y no mis noches;

aún ahora no me impulsa el instante:

soy yo la que camina del brazo con la muerte.

El tiempo es solamente

una inmóvil esfinge de amatista,

alzada por las manos de Dios,

para animar su eternidad desierta.





VIAJAR




Es cerrar una puerta,

doble llave.

Es sepultar

con exequias de reina

a la otra que soy

y prometerle no volver jamás

a dejar una oración sobre sus restos.







MANANTIAL DE LA VOZ




Canta todavía

manantial de la voz.



Canta siempre en la verdad del día

en la metáfora ardiente de la tarde que muere

en el idioma espeso de la noche

canta cuando la dicha te enajena

cuando llega el olvido

cuando un hijo se aleja antes de tiempo.



Socavón de plegarias

canta, todavía.







(*) Ester de Izaguirre: nació en Asunción del Paraguay, es hija de padre argentino y madre paraguaya. Está en Buenos Aires desde los cinco años. Publicó los libros de poemas: “Trémolo”, “El país que llaman vida”, “No está vedado el grito”, “Girar en descubierto”, “Qué importa si anochece”, “Judas y los demás”, “Y dan un premio al que lo atrape vivo”, “Fuera de programa”, Antología, “Si preguntan por alguien con mi nombre”, “Una extraña certeza nos vigila”, Poemas (1960-1992); en cuentos: “Yo soy el tiempo” y “Último domicilio conocido”; obras con las que obtuvo las siguientes distinciones: Primer Premio Municipal de Cuento, por unanimidad, y sus jurados fueron Manuel Mujica Láinez, Silvina Bullrich y Oscar Hermes Villordo; Tres veces Premio Fondo Nacional de las Artes, Gran Premio Dupuytren, Faja de Honor de la SADE, Pluma de Plata del Pen Club, Premio Municipal de Poesía, etc. Como Profesora en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Buenos Aires, obtuvo cargos académicos por concurso en las Cátedras de Literatura Argentina y de Estética en la misma Universidad. Fue Visiting Lecturer en la Universidad Estatal de San Diego y Visiting Associate Professor en la Universidad de Irvine, California, U.S.A. Desde entonces hasta la fecha es invitada a dar clases dos ciclos por año, en varias universidades norteamericanas: Domínguez Hills, Baylor, Greeley, etc. Fue invitada por la UNESCO, París, 1983, para dictar clases y conferencias. Además invitada por las Universidades de París, de Jawaharlal Nehru University, Nueva Delhi, India, de Al-Azhar en el Cairo, de La Madraza de Granada, (España) y en el Colegio Mayor Argentino de Madrid. Asistió a numerosos Congresos Internacionales en Europa y en América.Es asesora de las revistas: Letras de Buenos Aires, El Grillo, Alba de América y Napenay. Integra el Comité Ejecutivo del Instituto Literario y Cultural Hispánico con Sede en Westminster, California. Colabora en los diarios La Nación, La Prensa, Clarín, La Gaceta de Tucumán y revistas del exterior. Creadora de "Diálogos con personajes de novelas". Obtuvo el Premio Alicia Moreau de Justo por su valioso aporte a la docencia. Es Directora del Seminario Antígona, y Presidente de la Asociación Americana de Poesía. Fue traducida al alemán, italiano, inglés y francés. Desde 1999 hasta 2003 dictó en el Centro Cultural San Martín Talleres de Poesía, Cuento, Novela y Ensayo. Recibió el Premio Selección de Editores, otorgado por The International Library of Poetry en los Estados Unidos. Reside en la CiudadAutónoma de Buenos Aires.

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