viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 55 - María del Carmen Ferrario

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 55/2006





“Poesía es la unión de dos palabras

que uno nunca supuso que pudieran

juntarse, y que forman algo así

como un misterio...”

Federico García Lorca





Poeta invitada: MARÍA DEL CARMEN FERRARIO(*)





GUIJARROS





Queda en tu orilla

el tatuaje de los años...

La sequía de este otoño

como un jacarandá

aleteando en el ocaso.





CATEDRAL DE PALABRAS



Una catedral de palabras

te va edificando

en la urdimbre de tu telaraña sonora,

después,

siempre,

en cada página vacía,

la infinita sensación

de sentirse más

uno misma.







POEMA



A veces,

en noches como ésta,

cuando se huele el pasto fresco

y el viento trae el humo

de carbón encendido,

te extraño.

Y buscándote en las páginas

de un libro

te esfumas, como la palabra,

arrojando lanzas al atardecer.







TRES POEMAS CON OTROS



I

“Hago el amor

el amor en las plazas y en las calles

en todos los rincones de la tierra”

Rodolfo Alonso





En la noche de las fresias

en el cielo de tu rostro

mientras tus manos me recorren

vertical

como peces navegando en mi sangre,

como viento murmurando

en mis oídos...

Hago el amor en la espalda

de la luna

en el grito callado de

una plegaria

en la sorda ausencia

de la muerte.



II



“Esta es mi hambre mi sed

estas es mi casa”

Rodolfo Alonso





El rincón de la poesía,

la sábana de la expresión,

el aturdido metal de los pajaros:

sobre la mesa resplandece

el pan de la palabra.





III



“...hay un abismo al borde del silencio

en la alto de la voz”

Rodolfo Alonso





Una estela de humo se disipa

y el cielo se abre como un útero

devorando esta antigua soledad de barro,

de líquines

de nombres que no figuran en mi agenda.

¿Cómo escalar en tu garganta

y quedarme vacía de mi sangre?






SOLO ESTE PEREGRINAR, EN EL SILENCIO




Silente, intento desplegar el manto

sin agravio ni humillación,

sin grietas rebosantes de tristeza,

ni voces que quiebren la luz.



Cubrir el sendero con una alfombra límpida

como la voz tuya,

serena como la hierba de los montes

donde el espíritu se dilata y se ilumina...

Y la plegaria crezca hasta alcanzar

el último oleaje

hasta quemar

la espesa niebla del dolor.



Que no me asfixien los gritos

de la noche; que se aduerman

las llagas de los hombres

y den paso a la brisa del mar

y a la luna y la arena.



Así, en ese territorio,

desplazarme

hasta llegar a tu copa,

a la cruda calidez de la madera.



Llevar sobre mis hombros

todos los pájaros,

las espinas, la sal, la edad

de la pobreza y el asombro....



Llegar como pequeña espiga,

como inicial grito de parto.



Llegar...calladamente.







(*) María del Carmen Ferrario: Nació en la ciudad de Capitán Bermúdez (provincia de Santa Fe, Argentina) en 1947. Editó dos libros de poemas “De resurrecciones” (Ediciones del árbol/ Escuela de Lengua y Literatura de San Nicolás de los Arroyos, 1984) y “Poemas de piano y mar” (Yaguarón Ediciones, 2002). Integró distintos talleres literarios, participó de diferentes ciclos culturales y recitales poéticos, fue seleccionada para integrar diversas antologías poéticas. Obtuvo también numerosos premios por su labor literaria. Desde hace muchos años, reside en la ciudad de San Nicolás.

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